Relatos de un Observador de la Vida...

Un pequeño blog de relatos y reflexiones, observaciones de la vida y sus condimentos.

lunes, 9 de abril de 2018

Cositas en los Pies


Muy temprano una mañana, parecida por demás, a las que le venían precediendo; como de costumbre, puso la pava en el fuego, y se fue a lavar los dientes, el apagado sonido del vaivén de las cerdas sobre los dientes no tan chuecos, se fundían con el zumbar eterno de la estufa y el tan tan de la pava al fuego, esa mañana, podríamos decir que era muy parecida a la anterior, pero, el que había cambiado, era El. Curioso se examinaba frente al espejo que manchado de pequeñas salpicaduras de pasta dental, reflejaba un rostro desconfiado. «Algo no anda bien» pensó, pero la corrección vino de inmediato, y, –Algo anda bien- se dijo, una sensación nueva, recorría su cuerpo; su mente controladora, se moría por  determinar, que era. La pava, silbaba en la cocina, el vapor se precipitaba entre los rayos de sol naranja que las cortinas blancas dejaban pasar. Apagó la cocina, el silencio intervino en el lugar, con la mirada fija en las partículas de agua que danzaban en los naranjas rayos, preparo el mate mecánicamente.
Afuera canta un gallo, se escucha el graznar de las bandurrias que surcan el pasto en busca de alimento; abrió las cortinas; abrazado al termo, mate en mano, observa por la ventana; -bandurrias- dice, -viejas compañeras de la mañana-, continua, -si las bandurrias hablaran, no estaría hablando solo, pero, cuando solo hablo, ellas entienden -, dijo, como en un intento de justificar esa soledad momentánea, era un hombre de familia, que disfrutaba de algunas horas en soledad, para hablar solo o para estar en silencio. El primer mate perfuma el aire, aire que respira en una bocanada nostálgica, el suspiro le trae memorias de una madre con la que compartía los mates en las mañanas. –¡Te extraño mamá! -, le dice al bosque que tiene en frente, un hormigueo le devuelve un pensamiento, esa mañana volvió a nacer, era un espíritu nuevo, que sentía nuevas posibilidades y que se había olvidado de fracasos, sintió unas cositas en los pies y viajó al sueño de ser viajero. Pero esta vez, «no va a ser una simple idea», pensó, cansado de sentir que se viene un tren, pero, no escucharlo ni verlo, -esta vez, al tren, lo construyo yo- y motivado en esa frase, caminó pensativo, las maderas des-encuadradas del piso rechinaban, fue hasta la pieza, donde su esposa y su hija dormían. En el marco de la puerta que, simulando ser una barra, les servía de mesita guarda todo, apoyo el termo haciéndose lugar a los empujones con las cosas que ya ocupaban un lugar, el mate fue a parar al piso, se acerco silenciosamente, y con un beso en la frente a cada una les dijo, -“Buen Día, dejen ya de dormir, que tenemos que vivir un sueño”-





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